Al parecer, hay un tema de candente actualidad en muchos de los ámbitos de nuestra vida cotidiana y que, cómo no, afecta también a nuestra pasión por las motos; me refiero al del progresivo avance de las nuevas tecnologías y la instauración de una cultura acomodaticia por la cual, "lo que la tecnología me pueda traer, para qué ir a buscarlo".
Me explico: cada vez es más normal ver grupos de amigos, familiares o compañeros de lo que sea que, en vez de charlar entre sí "en vivo", están con su teléfono móvil-tableta-etcétera en mano chateando con el de al lado, como si no estuviera allí mismo... La realidad al revés, pues no hace tanto el teléfono o, no digamos, la videoconferencia, era lo máximo, pues podías hablar con el prójimo como si sí estuviera allí mismo.
Las tecnologías aplicadas a la información nos han llevado a que cualquiera, desde multitud de soportes, pueda acceder a la noticia según se está produciendo, sin moverse de casa. Y aquí enlazo con lo que tanto me gusta, pues se están removiendo los cimientos de dos de los pilares de la afición a las motos como consecuencia de todo lo anteriormente expuesto, las carreras de motos y las revistas especializadas.
Este año, en el que sin duda hay más emoción que en muchos de los inmediatamente anteriores en el mundial de MotoGP (en los demás Campeonatos viene a suceder tres cuartos de lo mismo), estamos viendo que el público no llena los circuitos como antaño, mientras que las audiencias televisivas crecen temporada a temporada; podría ser consecuencia de la crisis, pero también es posible que se trate de un cambio de tendencia en nuestras costumbres como el señalado más arriba.
Y por lo que respecta a las revistas y demás prensa especializada, cualquiera puede ver que el futuro se dirige hacia el formato digital, más flexible, inmediato y (seguramente) barato.
Sin embargo, confío en que, sin dejar de aprovechar las indudables comodidades que representan todos estos avances -y los que vendrán-, la tecnología no arrase completamente lo que hemos conocido y compartido durante tantos años, y podamos seguir viéndonos en esta o aquella curva de tal o cual circuito, repasando fotos, artículos y noticias en nuestras revistas "de toda la vida". Y confío en ello porque la moto es un vehículo que transporta sobre todo pasión y sentimiento, y eso nos hace diferentes.

Y es que no hay que pincharnos mucho a los verdaderos aficionados para que apaguemos el televisor, el ordenador, el móvil y lo que haga falta, cojamos nuestro casco y un par de guantes, y salgamos a disfrutar sobre dos ruedas.
Confieso ser un seguidor de nuestros pilotos por televisión, pero no dejo de soñar con ir al primer gran premio o carrera que se me ponga a tiro, donde espero encontrarme con vosotros para compartirlo "en vivo".
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