viernes, 5 de octubre de 2012

Ángel Nieto. Cuando la moto es tan importante en tu vida como lo es para mí, es inevitable que algunos de los referentes por los que te guías tenga relación con las dos ruedas. 
Por supuesto, a lo largo de los años he admirado y admiro a distintas personas por lo que han conseguido en el mundo de la moto o por lo que han aportado a los demás, seguidores o no de aquél. Recuerdo cómo intentaba emular de pequeño por el monte a Malcolm Rathmell, Mick Andrews, Vesterinen, Soler o Gorgot (a Tarrés ni intentarlo...), los saltos de De Coster, Malherbe, O´Mara o Randy Muñoz, las hazañas en el bosque de Masita, Casas o Carlos Mas, y tantos otros.
Pero si preguntas a cualquiera de la familia si Rolando tiene un héroe, todos te dirán que es Ángel Nieto, y lo es a pesar de mis 48 años; quiero decir que a estas edades se supone que uno ya no tiene héroes, pero es que "el mío" no me ha dado en todos estos años ninguna razón para dejar de serlo...
Admiro a Nieto desde pequeño. Sólo tenía cinco años cuando logró su primer título mundial, pero ya entonces la prensa nacional se hizo eco de su gesta, y me acostumbré a crecer con sus éxitos, y con esa continua lucha suya por conseguir cada año una montura competitiva con "el único aval" bajo el brazo que el Campeonato del Mundo recién conseguido, ¡casi nada!. Y no siempre lo conseguía.
Como piloto, por si no fuera suficiente explicación su palmarés para entender porqué es admirable, hay que añadir su inteligencia encima de la moto, su picardía, su dominio del escenario (en el que los demás pilotos eran, a menudo, actores secundarios), su capacidad para hacer fácil lo verdaderamente imposible para cualquier otro... No hay más que oirle en sus actuales retransmisiones de grandes premios por televisión para entender que enfrente tenemos a un auténtico fuera de serie.
Es verdad que hay más campeones del mundo, alguno incluso con más títulos mundiales que él, pero lo que realmente le distingue para mí, aparte de lo que me ha hecho disfrutar viéndole, es su compromiso con aquello que le ha dado fama, cómo ha dedicado su vida a la moto, de qué manera se involucró para hacer que ahora nos parezca completamente normal ver todos los grandes premios en directo, cómo se interesa por cada piloto de los que componen cualquiera de las tres parrillas del actual circus. Y con qué sencillez lo hace, qué cerca está de cualquiera que le reclame, sea para hacerse una foto con él, firmarle un autógrafo o, en el paddock, procurarle cualquier cosa que pueda hacer falta.
Es difícil quedarse con sólo algún momento destacado de alguien que ha destacado durante tantos años... Recuerdo aquella carrera en el Jarama, con la Honda 500 y el dorsal 37: probablemente nunca antes ni después se haya salido Nieto subiendo Pegaso, pero aquel día quería enseñarnos a todos de lo que era capaz con una moto buena, quitarse el sambenito de "piloto de cilindradas pequeñas", y nos entusiasmó. Y nada que reprochar a su virtuosismo con las motos de 50 y 125; aún conservo, y lo tuve pegado en una pared de mi habitación hasta que me casé, el póster que le dedicaron en Solo Moto, "El Ángel que enseñó a volar", en el que aparecían calcadas las trazadas y postura sobre la moto de Nieto y Tormo, dos superclase, sobre las pequeñas Bultaco. Impresionante y bellísimo.
Con los años he tenido ocasión de coincidir con él y su familia en algunos eventos, grandes premios, homenajes, su película (que me firmó, gracias!), y siempre nos ha tratado como es, como una gran persona.
Prometo colocar en este espacio algunas de las fotos que, como ésta, nos hemos hecho mi familia y yo con él y los suyos, tan cercanos como él. Y seguramente vuelva sobre tan ilustre personaje.  
     

No hay comentarios:

Publicar un comentario