La felicidad. Escribí el otro día sobre mi inscripción en una promoción de BMW y mis deseos de surcar el mundo sobre una moto. En ello estaba cuando traté de recordar los momentos más felices de mi vida, casi siempre vinculados a las motos.

El que estuvo sabe de qué le hablo y me dará la razón, pero para los desafortunados que se lo perdieron, tengo que decir que fue una presentación de auténtico ensueño: las instalaciones completas del Jarama a nuestra disposición, con el circuito constantemente ocupado por ordenadas tandas de felices motoristas probando las últimas novedades mundiales de Yamaha, los boxes convertidos en zonas de descanso, avituallamiento y recreo maravillosamente atendidas por los distintos concesionarios de la marca, y en el aparcamiento una exposición completísima de toda la gama Yamaha, con posibilidad de ver y tocar, así como un pequeño circuito para probar hasta cansarte (como si eso fuese posible...) todos sus scooters. Y para guinda, en colaboración con el Action Team de Motociclismo nos regalaron unos polos bordados con el logotipo de la Operación Trueno y del club, que por supuesto aún conservo.
No he podido hacer justicia a la marca "comprándome todos sus productos", sólo he podido disfrutar en propiedad de la SRX-6 que ha pasado por manos de todos los hermanos, y actualmente de una divertidísima TW125, pero desde aquí puedo decir que nunca nos han tratado (sí, fui con mi mujer y también disfrutó lo suyo) como en aquella ocasión, y eso, a los que somos agradecidos, no se nos olvida jamás, por lo que tienen todo mi cariño y simpatía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario